Blogia
minipantalon

Humillado

Humillado Alrededor de las cinco sono el teléfono.

- Hola, Nacho, soy Rebekah.
- Hola, Rebekah, ¿que tal?
- Bien. Voy ahora al cine con Lorena, ¿quieres venir?

Lo que menos necesitaba es que lo llamasen por compasión. ¿Como podía actuar de esa manera? ¿Es que no se daba cuenta de que lo único que quería era hablar con ella a solas y aclarar todo de una vez? Debería haberse negado, pero solo el pensamiento de pasar un par de horas con ella era más fuerte que su dignidad.

Por si no se sentía lo suficientemente mal, la humillación más absoluta vino después, al salir de la película. Ella dijo que se iba, que tenía una cena. No hizo falta que dijese con quien era esa cena. Odiaba y envidiaba a ese tío que solo había visto un par de veces, con el que ni siquiera había cruzado una sola palabra. Se sintió una mierda. Vio realmente en que lugar estaba de la escala, y cada día que pasaba se notaba más abajo. Verla se estaba convirtiendo en una tortura, pero no era lo suficientemente fuerta como para dejar de hacerlo. Todas las noches agonizaba por ella, ¿como podía sentir ese frío en los huesos con el calor que hacía en la casa?.

En ese momento comenzó a sentir ansiedad al pensar que aún le quedaban dos meses de un sufrimiento, un odio y una resignación que no dejaban de aumentar al pasar los días.

Humillation Street
-Turbonegro

0 comentarios